La religión nativa de Corea es el Musok, término que literalmente significa “práctica popular del Mu”. De ahí derivan las palabras coreanas mudang, que se refiere al practicante especialista ritual en general; muga, los textos de cantos y narraciones, y mushindo, las representaciones pictóricas de sus dioses.
También es conocido como “chamanismo coreano”, término que ha sido empleado en Corea desde principios del siglo xx tanto por los misioneros cristianos que entonces arribaron al país.
Mientras que los primeros lo consideraron como una superstición y una creencia popular obsoleta, el Musok es concebido como un símbolo nacional que representa la raíz y el núcleo de la religiosidad y la herencia cultural del pueblo coreano.
Se distingue por su concepción de las deidades, sus ritos y sus practicantes, que en la actualidad son principalmente mujeres. Musok es una amalgama de creencias autóctonas informales y doctrinales formales que integraron elementos de varias prácticas religiosas del este de Asia.
Muestra una gran diversidad regional que fue evolucionando a lo largo de los siglos como resultado de su transmisión oral desde tiempos remotos. Hoy en día es una compleja e intrincada mezcla de creencias siberianas, las cuales constituyen su núcleo: taoísmo, budismo y algunos aspectos rituales del confucianismo. Estas creencias son evidentes en la imagen de San-Shin o “Espíritu de la Montaña” que es venerado por todas.
La imagen de San-shin es ilustrada como un vigoroso y benevolente anciano, emblema de la sabiduría, rectitud y autoridad patriarcal que la edad confiere al hombre, y que son preciados valores en las tradiciones o creencias mencionadas.
A su lado siempre aparece el tigre, su mensajero e intermediario y atributo principal, que lo distingue de otras deidades; su indumentaria y los objetos que lleva en una mano o en ambas manos son símbolos de longevidad, riqueza, posición social elevada, logro académico o espiritual y poderes sobrenaturales.
Dos terceras partes del territorio de la península coreana están constituidas por montañas y en los coreanos éstas han inspirado siempre admiración, temor, respeto y veneración, en sus mitos, la montaña es generalmente el sitio donde el Dios-héroe desciende, habita y es venerado por su pueblo. Es la Montaña cósmica que está entre el Cielo y la Tierra, siendo un vínculo entre los dioses y los hombres.
El tigre tiene primordial importancia en Corea, no sólo por su vinculación con Tangun y San-shin, sino también por ser un animal real que habita en su territorio. Es concebido como el Señor de las Montañas, temible y peligroso, pero también digno y moralista, juguetón y amoroso.
Puede ser el protector y servidor de los justos y respetuosos, o el que ataca y aniquila a los corruptos y criminales, es un animal mítico que cuando cumple 500 años cambia de pelaje, éste se torna blanco, y tras otros 500 se convierte en inmortal. Es una de las deidades taoístas de los puntos cardinales (del oeste) y guardián tradicional de casas y tumbas coreanas, es símbolo del espíritu indómito del pueblo coreano.
Por consiguiente, ha sido el tema favorito de todos los estilos pictóricos y generalmente se le ilustra con gran sentido del humor e ironía, ya sea de manera realista o caricaturesca-surrealista, y, eso sí, siempre con la cola levantada, posiblemente como un símbolo fálico de virilidad y fecundidad.
En la concepción chamánica existe la idea de un dios colectivo que es a la vez individual, de tal manera que Sanshin es el señor de Paekdu-san y de todas las montañas, incluyendo las tierras aledañas a una comunidad; además, cada una de las montañas tiene su espíritu (Sanshin) con características propias.
Prácticamente todos los chamanes coreanos y los templos budistas poseen pinturas de San-shin; éstas se encuentran en los altares de sus casas, de iglesias o capillas chamánicas, y en el caso de las budistas por lo general en edificaciones especiales separadas de sus recintos centrales.
El paisaje de fondo de algunas es muy elaborado, siguiendo los cánones de la tradición pictórica china, pero con la presencia de todos los símbolos taoístas emblemas de longevidad (ship-jang-saeng), que son diez y que distinguen a la pintura popular coreana:
1) prominentes rocas o picos
2) el sol (ambos emblemas de durabilidad, constancia y la energía Yang)
3) cascadas
4) nubes (la energía Yin del agua, lo suave y adaptable)
5) míticas grullas blancas,
6) venados (que también simbolizan las enseñanzas budistas)
7) tortugas
8) pinos
9) bambú (símbolo de la rectitud del erudito)
10) el hongo mágico
El chamanismo adoptó y reinterpretó conceptos, deidades, prácticas rituales y motivos iconográficos taoístas, budistas y neoconfucianos, los cuales fueron plasmados en las representaciones pictóricas de San-shin. Estos elementos son concebidos por los creyentes como manifestaciones de lo divino, de ahí que magnifiquen la autoridad y el poder del Espíritu de la Montaña.
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